sábado, 8 de agosto de 2015

Abuelo del camino




Abuelo del camino,
gracias te daré siempre por brindarnos
tus  fiestas de colores y dulzuras,
tus vuelos perfumados de susurros
o el silencio elocuente de tu abrigo.
¿Cómo no amarte a ti tan misterioso, que ves pasar las horas
y trasciendes el tiempo mutando en piedra eterna
 para dar testimonio universal de otras historias?
 Bien conoces la mía, abnegado vigía,
 confidente romántico del alma enamorada de la vida,
 si encontrarte a la vera del camino nos reconforta siempre
 al sortear los pasajes desiertos de este mundo.
No hay soledad ni pena que pueda desdeñar tu fronda amiga,
Rascacielos de nidos y gorjeos, bulle la luz en tu ramaje ameno.
Albergas mil hogares invisibles y el mío trashumante,
 si cansada te abrazo y me duermo en tu sombra,
me miras desde lo alto, bamboleando tu copa que ofrece su aire puro
Tú no puedes seguirme, pero siempre me esperas, al descender del muelle,
 Abuelo confidente de aventuras…

miércoles, 5 de agosto de 2015

May, la maga rosa






Más allá del Atlántico y la cinta costera,
  ha iniciado su barco la saga aventurera, 
donde el viento desata cimbreantes tolvaneras 
 sobre verdes palmares y esmerilada arena, 
se esconden regios cofres entre redes de perlas
 que May labra en un mapa de brillantes planetas, 
  frente a su factoría rutilante de estrellas, 
dorada por meteoros y chispeantes luciérnagas.
... 
 ¿Eran poco confiables en un mar de turquesas 
la herencia  gaucha afable, la huella de Valencia 
o el bretón bisabuelo que entregara su hacienda
 al Río de la Plata, meta de sus quimeras, 
arriesgando sus naves en temeraria empresa
 de recios vendavales y olas filibusteras
 que encienden la oriflama de fogosas tormentas
con auras del sudeste que humedecen la tierra? 
.
 En su cesto de infancia, rojo de dulces fresas
el suave chocolate hoy sublima su esencia
despertando nostalgias de las blancas abuelas, 
desde tazas pintadas y azules transparencias
en deliciosa ronda por la alegre goleta
que navega los sueños de la antigua escollera 
 y en un mar de corales su alma volatinera
 endulza ahora la lira que columpia sus velas
 bajo un beso de ocaso que enciende la caleta.
 

lunes, 3 de agosto de 2015

Un ballenato en Buenos Aires


¿Acaso eres escolta, mi gentil ballenato? 
¿O has partido de Madryn prendado del paisaje?
 Tal vez has presentido que yo emprendía viaje
 y entraste en el Mar Dulce nadando largo rato.
 

 Quizá viste algún cuadro o te contó algún pato
 que yo te extrañaría y tentaste el viraje. 
Nunca pensé que fueras alguna vez mi paje, 
¿encontrarás tu estrella después de este arrebato?


 Lejos tu Doradillo, lejos tu azul península…, 
recalas en El Plata, hondo y exuberante.
 ¿Te engañó el sol de agosto o la luna hechicera?

 ¿Te prometió el meteoro alguna verde ínsula,
 y orientaste el trayecto a un puerto fascinante?,
 ¿o  perdiste tu rumbo, detrás de una quimera?

martes, 28 de julio de 2015

El abuelo, la niña y la fragata (para el cuadro de Celeste del Pozo



 Te mira Buenos Aires, fragata enamorada,
 de estas aguas leonadas que dan siempre cobijo
al nauta que promete, sea extranjero o hijo,
 respetar las insignias de tu tierra sagrada.

No habrá motín alguno ni una artera emboscada
que pueda someterte ante un fraude  prolijo:
-Seré sólo la novia del puerto que yo elijo-,
canta tu voz de pueblo en fogosa algarada.

Te saluda la sangre de tres generaciones
de gallardos marinos que extendían tu vela
por conocer los mares de exóticas naciones

y hoy te elige Celeste para su bella tela,
recordando a su abuelo quien honró tus blasones
hablándote de hazañas camino hacia la escuela.
















viernes, 3 de julio de 2015

Un soneto para el cuadro "La puerta verde" de Celeste del Pozo



Eran cinco escalones entre la enredadera 
y la alta puerta verde de un avatar secreto, 
atravesé la verja sorteando el parapeto, 
me encomendé a mi suerte y alcancé la frontera.


 Sentí un abrazo fuerte que era la vida entera 
de esas sabias mujeres que aceptaban mi reto,
 y yo la visitante que transgredía el veto
 penetrando en su sueño una tarde cualquiera. 


 Vi a mi madre y mi tía frente al blanco teclado, 
 la abuela sonreía junto al hogar chispeante,
 y mi hermana aleteaba pañuelos en su danza, 


 la zamba que extrañaba querencias del pasado,
sentí que trascendía esa estampa vibrante, 
salté la balaustrada y habité en la añoranza.

lunes, 15 de junio de 2015

Gran Hermana



Me gustan las carteras ecológicas, aunque no por el precio conveniente
sino porque
con ellas me siento más ligera y hasta puedo volar con dulces pajaritos,
o congeniar con loros y gallinas
 cuyos suaves copetes acaricio con la mirada puesta en el azul.
Y si el viento me ofrece otra pluma perdida de una vieja película, la uso en mi tinterillo como una joya exótica y viajera.
  Me visto entusiasmada y seductora con una buena imitación de tigre o de leopardo que me hace
 tan felina, tan fina y femenina
como las bellas fieras que hoy me inspiran
 o emulando entusiasta el cálido pelaje de un conejo muy blanco y tan bonito
que aprendo a dar saltitos en el país bucólico de Alicia.
Más leve y más hermosa, me siento agradecida,
respetando al modelo perfecto de la Madre Natura que la moderna industria imita alegremente
y  recibo
dichosa y sin alardes  
el milagro de todas las cuerinas que dibujan  serpientes, cocodrilos o carpinchos
 de  múltiples colores, tan falsos y vistosos,
sintiendo muy adentro que todas las vaquitas son Aurora, simpática historieta de mi infancia.
 Ahora me veis arriba acariciando sin prejuicios los cuernos figurados de este Bambi.
Y así me elevo por los aires más etérea y galana, bien tenue y franciscana,
otra Clara bien clara, compañera, 
gran hermana de todas las especies,
trenzando con la brisa mi corona de doradas espigas y blancas manzanillas
 tan cerca de este suelo
 y de otro cielo.




miércoles, 10 de junio de 2015

Para el cuadro "El Olvido" de Celeste del Pozo


Hoy tu pincel más delicado ha encontrado al olvido en su ventana
  y se despierta ahora la casa solariega entre claros matices de esperanza, 
  animando de pronto en "technicolor" 
las secuencias veladas de su historia secreta,
 pintadas con esmero en cada hoja fragante de aquella primavera
 que calcó tus andanzas junto a las rosas blancas de ese teatro campestre: 
tres hermanos y tú, los primos divertidos y cierta gata bella
 que atrapa el almanaque de una tienda perdida
todo está ahí latente y esperando en la íntima penumbra
 una furtiva huida de los tiempos para que vuelva a suceder,
 mientras el auto aguarda 
indefinidamente 
en el presente histórico que a hurtadillas devuelven 
 las memoriosas manecillas del reloj de la vida.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Existencial



Y así elijo esta noche
tan azul de misterio con sombras que susurran
centelleantes incógnitas que encienden la pregunta
invariable y eterna
¿dónde vas, vida mía?,
 ¿tras la nube de insomnio?, ¿tras la puerta final del laberinto?
¿tras la carrera incierta de las cebras salvajes más allá de la jungla
sin oriente y sin cielo ?
 Danzan nuestros caminos serpenteantes y ambiguos
que de pronto se apartan y de pronto se encuentran
 en esta encrucijada tan díscola y confluente.
Así entre verdes bosques o por la blanca estepa, sobre el glaciar tonante que estalla en azulejos y espeja nuestro océano.
 Y es así noche a noche, Atlantes distraídos,
sostenemos la ínsula mítica y trashumante que a veces habitamos,
trazando esta parábola con el compás del tiempo de la leyenda urbana.

sábado, 2 de mayo de 2015

Crucero General Belgrano



Entre torrentes de espuma
y raudales de cristal
avanza esbelto el crucero,
poblado de hombres de mar.
Albas gaviotas saludan
la proa que esparce sal
y una estela de puntillas
despide la popa atrás.
El viento es lobo fueguino
en el paisaje glacial
y la tarde se ha esfumado
bajo un sombrío cendal.
Ya la luz se va esfumando
en la gélida postal
cuando negro sol en llamas
conmueve al sollado en paz
y la nave se sacude
en un vértigo letal.
Desolados los marinos
ven al barco naufragar
con arrojo sueltan balsas
y se lanzan a la mar:
los heridos van primero,
los sanos aguardarán
que haya espacio suficiente
y no haya peso de más,
el barco empina su casco
cuando salta el capitán.
Un pensamiento inquietante
agita el sombrío mar:

¿Hasta que llegue el auxilio

cuánto tiempo pasará?
La cruda noche sureña
Fustiga las balsas ya
Y el viento helado lacera
Como un látigo voraz
Una plegaria en los labios
a  Stella Maris dirá:

”Te pido Madre del Cielo

que no me dejes llorar,
 que nos cobije tu manto
te ruego, Madre del Mar,
¿ que nos oriente tu estrella
en este abismo mortal,
que nos entibie tu lumbre
en esta noche fatal
y el valor nos acompañe
firme y recto hasta el final.
Belgrano espera en la puerta
de la historia nacional
a los héroes del Belgrano
que la Patria ha de abrazar
y un pabellón argentino
del oleaje más austral
celeste de aguas profundas,
blanco de otoño invernal
habrá de envolver los cuerpos
que quiere albergar el mar,
entre torrentes de espuma
y raudales de cristal.