sábado, 2 de febrero de 2013

Calendario Vital


                                                                 
Era tan verde la llama esa mañana, 
que se enhebraba en el aire con vapores envolventes, transparentes.
 De la hojarasca subía
  fresco aroma de alhucema y hierbabuena.
 ¿Por qué me viste, viajero, tonelero,
 de las vides perfumadas?
¡Alma que eras golondrina
con alas de diapasón,
tus cuerdas tañen muy lejos,
porque están peinando al sol!…
   Atardecida la hora se enamora
del agua de mis espejos que están lejos…
 ¡Añejo vino de hiel!,
gota a gota en la derrota...
 Las calles cantan estío, arde enero: y tengo frío,
  la umbría siesta del monte me adormece en el sendero,
¿por qué te fuiste tan lejos de mi bosque, forastero?

 Del ramaje las alondras,

desde el coro de las sombras
 me despiertan con sus trinos y me pierdo,
 deambulando taciturna en el recuerdo...
  ¿Es el viento quien suspira en mi ventana…
  por la esencia, por la grana de las ciruelas tempranas?
Con vuelo de mariposa,
 la nostalgia me sorprende entre las rosas…
 Y sin darme cuenta siento,
 tantas vidas, tantas luces, tantas cosas
 tan ajenas y tan mías,
mientras fluye silencioso, indiferente,
 este oleaje irreverente, tan urgente,
que me lleva en su vaivén hacia mi suerte
soslayando los peñones de la muerte.
¡Ay, destino enmascarado en la penumbra,
bien tramado y maquinado
 por el tiempo, por las nornas y los hados!


 
 
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