sábado, 2 de mayo de 2015

Crucero General Belgrano



Entre torrentes de espuma
y raudales de cristal
avanza esbelto el crucero,
poblado de hombres de mar.
Albas gaviotas saludan
la proa que esparce sal
y una estela de puntillas
despide la popa atrás.
El viento es lobo fueguino
en el paisaje glacial
y la tarde se ha esfumado
bajo un sombrío cendal.
Ya la luz se va esfumando
en la gélida postal
cuando negro sol en llamas
conmueve al sollado en paz
y la nave se sacude
en un vértigo letal.
Desolados los marinos
ven al barco naufragar
con arrojo sueltan balsas
y se lanzan a la mar:
los heridos van primero,
los sanos aguardarán
que haya espacio suficiente
y no haya peso de más,
el barco empina su casco
cuando salta el capitán.
Un pensamiento inquietante
agita el sombrío mar:

¿Hasta que llegue el auxilio

cuánto tiempo pasará?
La cruda noche sureña
Fustiga las balsas ya
Y el viento helado lacera
Como un látigo voraz
Una plegaria en los labios
a  Stella Maris dirá:

”Te pido Madre del Cielo

que no me dejes llorar,
 que nos cobije tu manto
te ruego, Madre del Mar,
¿ que nos oriente tu estrella
en este abismo mortal,
que nos entibie tu lumbre
en esta noche fatal
y el valor nos acompañe
firme y recto hasta el final.
Belgrano espera en la puerta
de la historia nacional
a los héroes del Belgrano
que la Patria ha de abrazar
y un pabellón argentino
del oleaje más austral
celeste de aguas profundas,
blanco de otoño invernal
habrá de envolver los cuerpos
que quiere albergar el mar,
entre torrentes de espuma
y raudales de cristal.

1 comentario:

  1. Qué bello poema! , en su letra refleja el reconocimiento a aquellos jovenes valientes ,gracias por compartirlo.

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