sábado, 8 de agosto de 2015

Abuelo del camino




Abuelo del camino,
gracias te daré siempre por brindarnos
tus  fiestas de colores y dulzuras,
tus vuelos perfumados de susurros
o el silencio elocuente de tu abrigo.
¿Cómo no amarte a ti tan misterioso, que ves pasar las horas
y trasciendes el tiempo mutando en piedra eterna
 para dar testimonio universal de otras historias?
 Bien conoces la mía, abnegado vigía,
 confidente romántico del alma enamorada de la vida,
 si encontrarte a la vera del camino nos reconforta siempre
 al sortear los pasajes desiertos de este mundo.
No hay soledad ni pena que pueda desdeñar tu fronda amiga,
Rascacielos de nidos y gorjeos, bulle la luz en tu ramaje ameno.
Albergas mil hogares invisibles y el mío trashumante,
 si cansada te abrazo y me duermo en tu sombra,
me miras desde lo alto, bamboleando tu copa que ofrece su aire puro
Tú no puedes seguirme, pero siempre me esperas, al descender del muelle,
 Abuelo confidente de aventuras…

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