martes, 17 de junio de 2014

Y en la luz, el silencio

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Tan cerca y fascinante se presenta el encuentro, 
 aunque distante y solo el camino del tiempo. 
Aquellos pensamientos ya no adornan mi huerto
 sigo claras señales, abrigo otros proyectos: 
no quiero que me atrapen las redes del recuerdo, 
ni ventilar disfraces o animarlos con gestos.
 La tinta se ha borrado de los viejos cuadernos
y el alma me enamora con diferentes versos. 
Tal vez pueda intentarse nutrir el jardín yerto,
 vigorizar raíces, si en el invernadero 
dormitan hoy inertes bajo el nivel del suelo.
 Pero asoma un carámbano en la fronda del cedro
 con el albo diseño de un duende del deshielo
 y el esbozo indeleble y ambiguo de tu espectro, 
 verde de tantas hojas que al desgaire nacieron...
 Puede en tal circunstancia descubrirte más bello 
y adrede, hasta armonioso o acaso no tan lejos.
 pero fieles me alertan los compases del eco: 
"Ya no hay sombra ni tiempo: allá, memoria y cielo. 
Aquí, nieve y destellos y en la luz, el silencio." 


 





lunes, 16 de junio de 2014

Despertares


 Despierta mi alma entre sus soledades
 avizorando el mar desde su alfombra,
 porque intuye que allí estará tu sombra
dibujando al trasluz viejas saudades.

 Y alma y sombra cantando libertades
 hallarán la palabra que te nombra
 y la caricia cuyo afán me asombra
 sobre el campo de sol de las verdades,

 porque la flor azul de la añoranza
 brota en la proa del amor errante
que apenas se divisa en lontananza,

  cuando la isla inmersa aunque distante
 entre brumas de olvido y esperanza
 emerge ante el timón del navegante. 
 
 
 
 

miércoles, 11 de junio de 2014

Preludio de ensueño


Envolverse en la seda,
dar a luz el amor en la aurora del tiempo,
Amanecer la tarde al respirar la copa;
Los dedos como pájaros perfuman el espacio,
 mientras la rosa primordial le canta al viento
 y se enciende en nosotros la mirada.
Tú y yo sobre la luna
en los juegos del aire y en el rostro del agua,
que nos repite en ecos y latidos,
desde la tierra verde hacia estrellas calladas
que desgranan eternas serenatas
pintando nuestros nombres
en la noche viajera
que teje soñolienta su alborada.
Al borde del cariño
quiere alegrarse el alma, y el reloj de la sangre
en el temprano rosicler del día
sonríe entre fragantes llamaradas
en un fuego de menta
que acaricia las voces
y apaga las distancias.