Añoranzas

Tan ajeno a la calma que respiro,
te atreves por la noche indiferente,
  la sombra ya te aleja de la fuente
que envuelve con su canto mi suspiro.

El día no respeta el raudo giro,
se emboza la borrasca para el riego,
ni sueñas el febril desasosiego
que vaga por mi casa en tu retiro.

Mas al brillar la luz de estos afanes
regresan  tus sonrisas repentinas,
que aclaran la penumbra en mis zaguanes.

 Y un albo plenilunio en las colinas
refleja sus esplendor en los desvanes
y enciende su cendal de aguamarinas.

La flor en el viento

    Despertará en el valle de los vientos   la flor  erguida sobre el tallo,  sola,  fugitiva  de hojas aserradas,  de cielos sin espacio,  estrechos,  y vacíos de soles.  Madrugadas de luna  derramarán su estigma sobre un libro  pétalo a página,  ensamblando en lo oscuro,  cerrándose y abriéndose,  tiritando, titilando. La tarde de los vientos  unánime,  puntual  como en un rito  recogerá su cáliz.  Aguzarán los bordes  plateros repentinos,  buscadores de oro,  talladores  mezclando,  transformando.  Perderá timidez el blanco  áureo,  fosforescente y espectral.  La rosa de los vientos  derramará polen de plata  cósmico  sideral  cambiando  transmutando  la esencia flor  -noflor-  a estrella.