viernes, 29 de marzo de 2013

A Jesús





Era el tiempo feliz de Nochebuena 
y en el campo junté flores de lino 
para pintar un blanco mantel fino
 con pétalos de cielo en nuestra cena. 

 Imaginé que el catre y el crucero
 eran de un árbol verde muy fragante 
 que al pie de mi Belén guarda expectante 
el sueño del pequeño carpintero. 

Pues las agujas de este noble pino 
no querrán nunca herir su bella frente
 sino abonar con savia la simiente.

de fe que al transformar el dulce vino 
perfumarán la sangre del Divino
 Corazón de Jesús eternamente.