miércoles, 5 de agosto de 2015

May, la maga rosa






Más allá del Atlántico y la cinta costera,
  ha iniciado su barco la saga aventurera, 
donde el viento desata cimbreantes tolvaneras 
 sobre verdes palmares y esmerilada arena, 
se esconden regios cofres entre redes de perlas
 que May labra en un mapa de brillantes planetas, 
  frente a su factoría rutilante de estrellas, 
dorada por meteoros y chispeantes luciérnagas.
... 
 ¿Eran poco confiables en un mar de turquesas 
la herencia  gaucha afable, la huella de Valencia 
o el bretón bisabuelo que entregara su hacienda
 al Río de la Plata, meta de sus quimeras, 
arriesgando sus naves en temeraria empresa
 de recios vendavales y olas filibusteras
 que encienden la oriflama de fogosas tormentas
con auras del sudeste que humedecen la tierra? 
.
 En su cesto de infancia, rojo de dulces fresas
el suave chocolate hoy sublima su esencia
despertando nostalgias de las blancas abuelas, 
desde tazas pintadas y azules transparencias
en deliciosa ronda por la alegre goleta
que navega los sueños de la antigua escollera 
 y en un mar de corales su alma volatinera
 endulza ahora la lira que columpia sus velas
 bajo un beso de ocaso que enciende la caleta.
 

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