miércoles, 12 de junio de 2013

Fragata Libertad




Libertad, Libertad estás cautiva
de la codicia humana prisionera,
 amarrada tu esencia tan viajera
sin avatares y  a la expectativa.

En un paisaje extraño, pensativa,
entre barcazas, muelles y escolleras
se adormece tu gala marinera
sin juventud alegre e impulsiva.

Se pliegan sin flamear tus velas quietas,
no hay maniobras ni cantos ni aventura,
pero te acuna la ilusión secreta

de liberarte en grácil singladura
para esfumar tu diáfana silueta,
entre celajes de la mar oscura. 


martes, 11 de junio de 2013

Repiqueteando versos




   Dulce es la palabra grave    
al final de cada verso
si queréis un metro terso,
cuando es aguda se sabe
sumar sílaba es la clave
 por este medio sencillo
que ajusta como un anillo,
no se equivoca la brújula
restando una si es esdrújula
y si hay rima canta el grillo.

A mi ritmo lo sustento,
aunque me llueva la crítica
y me  caiga una filípica
que yo bailo hasta en el viento,
y aprendí a palmear acento
desde chica y si algo falla
pronto mi boca se calla,
igual cuando veo errores
y es porque pago con flores
las flechas sobre mi valla.

Y no estoy para estribillo.
aquí se termina el tema:
“Falta que nazca el poema”,
me apunta con el flequillo,
Igor que es un borriquillo
de pausada perorata
yo le daré una batata
para que esté masticando
y no me siga empujando
para que meta la pata

con tanto dar en la lata,
pues criticar no le tienta
él juega solo en la cancha
por si la miel no le sienta
como decía, se cuenta,
Sancho al volver a La Mancha.




                                







martes, 4 de junio de 2013

Maga roja de otoño





Seré la farolera de tu noche
 que encenderá la yesca del otoño
dando lumbre a doradas aventuras por esos bosques gualdas de naranjos,
chisporroteantes de hojas,
 bajo una ráfaga de luz que apura el calendario
 hacia abriles de viento
 y mayos de lloviznas insistentes que disuelven estrellas,
cuando buscan en vano y sin descanso reflejarse en el biombo satinado de la  luna.
Dormita el aire entre los pliegues de la brisa
y el campo despereza su holocausto letárgico, 
soñando con perdidas primaveras 
de verdores vibrantes que se han ido
  a otro circuito frívolo del tiempo, autómata impasible,
 que repite rutinas de un ciclo itinerante,
mientras  mi  prodigioso pedernal insiste con el rito,
entre  los leños húmedos de impiadosas borrascas,  
susurrando la fórmula secreta bien erguida en mi vuelo,
desafiando el espacio electrizado de tormentas 
con mi traje más rojo de maga del otoño, prolongando las llamas del ocaso,
en tanto que mis labios pronuncian el conjuro:
“No crepite la hoguera, que se incendie de oro, que chispee perpetua
 y el fuego inextinguible del verano fulgure en  nuestro abrazo".