de la codicia humana prisionera,
amarrada tu esencia tan viajera
sin avatares y a la expectativa.
En un paisaje extraño, pensativa,
entre barcazas, muelles y escolleras
se adormece tu gala marinera
sin juventud alegre e impulsiva.
Se pliegan sin flamear tus velas quietas,
no hay maniobras ni cantos ni aventura,
pero te acuna la ilusión secreta
de liberarte en grácil singladura
para esfumar tu diáfana silueta,
entre celajes de la mar oscura.
En un paisaje extraño, pensativa,
entre barcazas, muelles y escolleras
se adormece tu gala marinera
sin juventud alegre e impulsiva.
Se pliegan sin flamear tus velas quietas,
no hay maniobras ni cantos ni aventura,
pero te acuna la ilusión secreta
de liberarte en grácil singladura
para esfumar tu diáfana silueta,
entre celajes de la mar oscura.