sábado, 10 de agosto de 2019

Trineo del cielo





Por la playa del pinar
correremos a la par
sobre la arena radiante,
buscando un poco de sombra
refrescante.
Te tienta la húmeda alfombra
que brilla a espaldas del monte:
 alborada en  oro y rosas
de nubes habilidosas
que arman trineos en fuga
de perros a la carrera
sobre el cielo.
El sol alumbra ese vuelo
en la esplendente frontera
con el mar que canta y danza,
la esperanza
de jugar en otra vida:
emociones
de esta amistad compartida.
Espejismos de la aurora
que hace un más allá posible,
en esa mágica hora
cuando el alma es más sensible
y percibe claramente
los misterios del futuro
que nos oculta el poniente.
De repente
me contemplas, perro amado, 
con tu mirada más honda,
como si hubieras espiado
mis pensamientos de ronda.
Y allá van
chica y can,
siluetas en arrebol
frente al sol.
compartiendo el mismo afán.
Tu camino,
alumbrando mi destino
con saltos y volteretas,
torbellino
de cariño y jugarretas.
Compañero,
si se adelanta tu marcha
veré tu melena rubia
en el sol y hasta en la lluvia
o reflejada en la escarcha.





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