miércoles, 20 de septiembre de 2017

Margarita y mariposa






La niña preguntó a la mariposa:
-¿Por qué esa blanca flor lleva mi nombre?
No es que su encanto y prodigalidad me asombre,
aunque no niego que soy muy curiosa.

“Quiero un jazmín, o el alhelí y la rosa
soy el floricultor -me dijo un hombre-,
busco un tapiz que la pradera alfombre
con su belleza nívea y luminosa.”

-Silvestre es el encanto que te habita,
pues tu modestia fluye desde el centro
del foco de oro en que la vida asoma;

 por eso, si te llamas Margarita,
verás que el sol te mira desde adentro
e irradia rubio y campesino aroma.

 Por detrás de la loma,
la sabia mariposa con premura
revoloteó detrás la espesura.




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