lunes, 22 de agosto de 2016

Aguas seductoras




Funámbulos espectros repliegan las sombrillas
y luces soñolientas exploran el boscaje
de penitentes pinos que rezan al celaje,
mientras en la enramada se hamacan las ardillas.

Olas fosforescentes extienden sus mantillas
en la noche viajera que ha entoldado el paisaje,
y esa luminiscencia enciende este paraje
con vuelos de gaviotas que pueblan las orillas.

Y por la playa corre un perro entusiasmado,
buscando alegremente las sales bienhechoras,
seguido por los pasos de su dueño cansado

tras la ruda jornada que ha robado las horas
de la luz que refulge con libre desenfado
en la espuma que ofrecen las aguas seductoras.









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