martes, 20 de mayo de 2014

La poesía y su ángel


¿Por qué, poesía, si en tu cautiverio
 te manifiestas cómplice y sumisa,
 en un silencio de sacerdotisa, 
te envuelven hoy los vahos del sahumerio?
 
Mas si te abrumo con un rostro serio,
 me regalas el sol de tu sonrisa 
como el retrato de la Mona Lisa,
 entre luces y sombras de misterio.
 
  Vierto en tu pebetero fresco aroma
 de campanillas, fresias y jazmines
 y brilla el néctar de oro en tu redoma,
 
  perfumando de efluvios mis jardines,
  si enamoras al ángel que se asoma
 con las ondas de amor de tus violines. 


 
 

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