Y me escapo del avión
con disfraz de colibrí
en alada maratón
para llegar hasta ti.
Blanco rayo de ilusión
enciende mi molinete
vibrando su diapasón,
que es helicóptero o cohete.
Como flecha en dirección
vuelo al cáliz de tus palmas,
un hibisco y un malvón,
con néctar que nutre el alma.
Late mi verde plumón
con ritmo de cascabel,
pues refresca el corazón
una nube de aguamiel.
Y culmina la excursión
en las comarcas del cielo
que envuelve nuestra emoción
en su celeste pañuelo.