Poemas de May

En esta antología  he dejado poemas escritos en distintos momentos de mi vida,

 sólo conservo los que me han gustado y además otros nuevos, inspirados por algún suceso o alguna palabra que ronda mis pensamientos. Antes había hecho un índice, pero me parece más dinámico ir cambiando periódicamente los textos para que todos tengan la oportunidad de ser leídos.

 Gracias por visitar mi blog.

Mundo interior

 

Aquí estoy

sumergida en el azul,

flota mi alma libre y sola.

Ni una ola

me despierta,

yazgo yerta:

solo un cuerpo

y sus colores

en mi océano de tul.

Luego emerjo

como numen de sirena

con delfines trovadores,

seguidores.

Y en mi mente

el canto ausente

se reanuda

con la ayuda

del laúd

y mi coro en luna llena.

Y si salto

nube a nube hacia la orilla

sobre dunas de oro fino

desde un pino,

bosque adentro,

me concentro

en gorjeos

y una pluma

que vuela hasta mi mejilla.

Me acaricia

y pregunto: ¿por qué no?,

si imagino en mi cuaderno,

un mundo interno

de armonía…

¿Quién querría

algo distinto

o mejor magia

para equilibrar su yo?

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Mi rostro en la lluvia

Eran gotas de lluvia o lágrimas del alma 

sobre el cristal sonoro donde repica el agua,

como campanilleos de un xilofón de plata,

que tintinea instantes melodiosos de infancia.

Con los primeros sones llegó en papel “araña”.

un cuaderno de notas de la escuela primaria:

-Composición: "La lluvia", miren por la ventana.

-escribió la maestra con tiza en la pizarra.

Todos al mismo tiempo contemplamos la plaza...

Yo armé un collar de perlas con una estilográfica,

brotaron espejitos sobre hojas de esmeralda;

vi una nube viajera de color rosa y ámbar,

salpicando las copas de pinos o araucarias

y charcos de colores sobre la verde rampa,

hasta que Inti aburrido de dormir en la fragua

entibió con sus plumas el fin de la mañana.

Después vi mi silueta con la capucha blanca

de un anorak amigo en la risueña etapa:

viñetas divertidas, juveniles y gratas

con botas transparentes bailando entre la escarcha

de inviernos nebulosos con nocturnas heladas...

Hoy el vidrio refleja mi vida en su pantalla

y une el tiempo al espacio recorrido sin pausas,

atrapando secuencias del ayer que se escapa

mezclando con la lluvia lágrimas de nostalgia.

Mas un caleidoscopio de bienaventuranza

se refleja en las gotas que refrescan mi cara,

y mis ojos persiguen historias noveladas,

que proyectan futuro detrás de mi ventana

en prismas de colores que encienden la esperanza.

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Lúdica terna femenina

 

Madre, nieta y abuela en tríptico amoroso

celebran aventuras y juegos divertidos

con guirnaldas o cintas y globos coloridos

que enlazan tours de cuentos de algún duende chistoso. 

-Hoy vamos a ir al bosque para buscar al oso.  

-Habrá también conejos de Alicia allí perdidos,

jirafas de peluche y bambis escondidos, 

ardillas trapecistas y hasta un coatí goloso.

-Alertaremos juntas a esa Caperucita… 

-Cuidado, Blancanieves, al lucir la peineta…

-Despertarás, Aurora, tu amor hoy te visita…

-Vuela la golondrina que monta Pulgarcita.

-Enganchas tu zapato bajando en la moqueta: 

                                    ¡se agota, Cenicienta, tu magia en la varita!…

Madre, nieta y abuela, las tres se han dado cita

para vestir disfraces y para hornear pasteles,

mañana habrá brillantes vuelos de Campanita

en un mundo secreto con hadas y pinceles.

                                    Guarda, lector, sus sueños y nunca los reveles.

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Calma chicha

Era un viejo pirata que buscaba un tesoro

y encontró en su trayecto a una sirena de oro.

Parecía dormida en un rojo arrecife

y era la obra perfecta de un maestro alarife.

Envolvió con las redes de amor la extraña joya

y señaló el hallazgo con una nueva boya.

Pensaba en renovar su mascarón de proa,

pues ya no se notaba, si era dragón o boa.

“Será el galeón más bello que navegue los mares

con esta talla única, sin otros ejemplares”...

Pero al volver al barco no vio a los tripulantes

y recordó leyendas de antiguos navegantes.

Sin ráfagas ni olas, todo era calma chicha,

pero no iba a dejarse llevar por la desdicha…

Miró por la cubierta, buscó en los camarotes

y halló a todos dormidos de pie sobre los botes.

Junto a su tajamar, cada hombre era una estatua

“No voy a arriesgar vidas por una ambición fatua”.

El océano airado le hacía una advertencia,

y en su extraño mutismo le mostraba pendencia:

“No existe un enemigo que a estas aguas ofenda:

me quedo con tus nautas, si te robas mi prenda” .

Y el osado corsario dispuesto al abordaje

advirtió la amenaza y soltó el correaje

Giró el timón, entonces, y cambió el derrotero

“No desafiaré al mar”. -pensó el filibustero.

Y todos despertaron sin recuerdos del sueño;

solo aquel bucanero con su frustrado empeño.

Y mirando la boya que hamacaba el oleaje

dio fin a la aventura de su ilusorio viaje.

A veces melancólico revivía el momento

pensando en la sirena y el hechizo del cuento.

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