viernes, 20 de mayo de 2016

Mi querido Patrick




Este es un niño acuático con alma de delfín.
Nadie puede alcanzarlo cuando toma carrera,
yo absorta lo contemplo desde el principio al fin,
pues vuela en la piscina y por la rada entera.

Apenas se zambulle, ya cuadruplica el salto
y empieza a batir ondas cual si fuera un ciempiés,
sus brazos y sus piernas salpican el basalto,
si nada de costado de frente o al revés.

“Nomen est homen” -dicen- èl se llama Patricio
y en la escuela es “el Pato” para los compañeros
verlo en el agua es fiesta, que nadar es oficio

del pececito de oro con aletas humanas,
amigo de Neptuno, quien le hace beneficio,
pues todas las sirenas se sienten sus hermanas.


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