martes, 1 de octubre de 2013

Sotavento



                                     No bebas de ese vino, lunera, que sabe a trampa,
huele a sangre de viña, huele a embrujo de uvas enamoradas,
                de racimos más negros que esta oscura noche de playa.               
  Por la fosforescencia del oleaje navega tu alma
y el vino se ha cuajado de fragancias, burbujas y ámbar,
entre toneles tintos añejados, madera y algas.      
 (Si bebes ese elíxir, no te marchas ni hoy ni mañana
y en el  lejano estuario de algún río te espera el alba.)
Quiebra la copa del hechizo ahora, libera amarras,
tu rosa elige brisas favorables, suelta las jarcias,
yergue la arboladura, a sotavento cangreja y gavias;
 orienta el astrolabio hasta la estrella más anhelada,
tu singladura avanza hacia el islote de azogue y nácar
¡Que un cetáceo te alumbre con su esbelta cola de plata!
                                    


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