Te escribo la cantiga de una amiga
que tirita en la noche iluminada
por el brillo estelar de madrugada
que pinta rubias trenzas en la espiga.
Y es de oro la
caricia de esa viga
que despereza el sol sobre mi almohada
al despuntar la luz de la alborada
y detenerse el carro de su auriga.
Poeta de los cielos estrellados
y de las islas negras y amorosas,
que habita algún viajero ilusionado
Te escribo con el néctar de las rosas
y te saludo, vate
enamorado,
con el susurro de las mariposas
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