El bosque
se ha encendido de fanales,
y la hojarasca emite sus chasquidos
con voces
que renuevan los chistidos
de duendes
y presencias siderales.
Si reiteran su forma de fractales,
son sensibles
al club de los sentidos
pendientes de rumores y silbidos
que
anuncian mundos feéricos o astrales.
Dormita el
sol y suelta su energía
en fantasmas de ignotas dimensiones
que para
muchos son de fantasía,
aunque la magia
inventa sus razones
con hadas,
gnomos y mitología
del
universo y sus constelaciones.
Rojizas proyecciones
de los sueños del sol que el bosque ronda
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