El camino
se pinta de guirnaldas
con filas de canoros soñadores,
con filas de canoros soñadores,
mientras el
día pliega sus colores
hechizado de
granas y de gualdas.
Un columpio
animado a mis espaldas
se mece con
la brisa entre vapores
y en la
aurora un pincel de picaflores
matiza rosicleres
y esmeraldas.
Mi
ventanilla espeja sus perfiles
vibrantes de zumbidos y aleteos
como alegres
e intrépidos alfiles,
y un
orquestal concierto de gorjeos
No hay comentarios:
Publicar un comentario