No son
siempre visibles por las señas,
y se cuentan historias fabulosas,
y se cuentan historias fabulosas,
si a menudo se muestran
impetuosas
e irrumpen de repente entre las
breñas.
Cuando el
viajero inquieto por la espera,
sale de su
escondite tras los pinos
para
alcanzar a nado la ribera,
el agua se
alborota en remolinos
y la
incierta emoción de una quimera
será alforja de todos sus caminos.
Bello Magy, me enseñarás los movimientos de la imágen.
ResponderEliminarFelicitaciones.-
Gracias, Mirta, ´por pasar a comentar.
ResponderEliminar