Junto a la negra selva enmarañada
el lago de cobalto azul bruñido
espeja en un hipnótico chasquido
el ciclo de la luna tramontada
Con la noche celeste y constelada
emerges del islote sumergido
que fue el terruño donde tú has vivido
y alberga tu silueta duplicada.
Invocas a tu Astrid una y mil veces
con la historia de amor en ese lago
estelar, planetaria y poderosa
y el universo fulge ante tus preces
tus conjuros, tus fórmulas de mago
recobrando a tu estrella misteriosa…
Ya en tu mano es la rosa
que perfuma tu líquido camino
con el agua imantada del destino.
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