Se refleja en el lago un cuadro policromo
desde cumbres nevadas de sierras misteriosas
que derraman celestes cascadas torrentosas
entre bosques de pinos y flores de guillomo.
Tal vez entre las piedras se esconda un viejo gnomo,
custodio de los sueños de doncellas hermosas
que surgen de las rocas en tardes luminosas,
buscando por las grutas espejuelos de cromo.
Cuentan los lugareños que deben ser las hadas,
quienes trepan laderas sobre ciervos veloces
y se zambullen luego en las aguas heladas
Después cantan a coro afinando sus voces,
mientras el sol entibia sus ropas empapadas
y el recio viento agita rosados albornoces…
Con sus giros y roces,
flota un velo dorado que entre las ondas sube.
¿O es que el lago refleja la vaporosa nube?
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