Tu
pintoresca fronda regocija
la
despedida urgente del verano;
queremos enlazarlo
con la mano,
pero sólo
nos deja una sortija
de algún
sarmiento que el color no fija
embelesando a algún árbol ufano
con verdes
engañosos muy temprano,.
pues no ve
el ámbar entre sus rendijas.
Y por la
tarde cálida paleta
pinta en la
copa gualda, ocre y castaño
que el otoño salpica como estaño.
Cada hoja anaranjada
es una aleta,
de mariposas que aman la glorieta
hasta
alfombrar su suelo año tras año
y
entretejer un paño
que canta
cuando pasan caminantes
y susurra
de amor con los amantes.
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