May, la maga rosa
Más allá del Atlántico y la cinta costera,
ha iniciado su barco la saga aventurera,
donde el viento desata cimbreantes tolvaneras
sobre verdes palmares y esmerilada arena,
se esconden regios cofres entre redes de perlas
que May labra en un mapa de brillantes planetas,
frente a su factoría rutilante de estrellas,
dorada por meteoros y chispeantes luciérnagas.
...
¿Eran poco confiables en un mar de turquesas
la herencia gaucha afable, la huella de Valencia
o el bretón bisabuelo que entregara su hacienda
al Río de la Plata, meta de sus quimeras,
arriesgando sus naves en temeraria empresa
de recios vendavales y olas filibusteras
que encienden la oriflama de fogosas tormentas
con auras del sudeste que humedecen la tierra?
.
En su cesto de infancia, rojo de dulces fresas
el suave chocolate hoy sublima su esencia
despertando nostalgias de las blancas abuelas,
desde tazas pintadas y azules transparencias
en deliciosa ronda por la alegre goleta
que navega los sueños de la antigua escollera
y en un mar de corales su alma volatinera
endulza ahora la lira que columpia sus velas
bajo un beso de ocaso que enciende la caleta.
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