La hamaca alcanza en el tiempo
cuatro
instantes de mi vida
entre
matices dorados
bajo la luz
vespertina,
echan a
volar mis sueños
que
alcanzan la lejanía
sobre
cintas de colores
en esta
astral despedida.
Soy la niña que del cielo
eligió una
serpentina
y se
encontró en carnavales
con disfraz
de colombina.
El misterio
de las máscaras
y su
embrujo me fascinan:
¿quién
sería mi Pierrot
templando
la lluvia fría
con soles
de bibliotecas
que duermen
en mi mochila:
son almas
fosforescentes
que
encenderán la neblina
al chispear
en los estantes
Y al fin
como juglaresa
cabalgaré,¿quién
diría?,
con mis
botas de tejana
y mi yegua
preferida,
yendo de la
playa al foro
con
canciones y poesías,
abrazada a
mi guitarra
con mi
manojo de rimas.
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