Soñando junto al mar esta noche tan bella,
asciendo con mi pluma por planetas distantes,
remontando el trayecto de cometas errantes,
o escalando peldaños de una remota estrella.
Y surge del oleaje la mítica doncella,
que dibuja con tintas azules y espumantes
el plano del tesoro de antiguos navegantes,
cuyo pliego encontrara en alguna botella.
Siguiendo a la sirena de la extraña visita,
entre los atolones encuentro una caverna
donde espeja y susurra alguna estalactita
los secretos del mundo y de la fuente eterna
para que yo los cuente, si mi verso palpita,
e ilumina misterios como un haz de linterna.